Amores Virtuales (Este caso es uno de los cuentos que integran mi libro "¿Hablamos de amor?, Ediciones de la Plaza, 2008)

Asunto: Holis!

De: Romina Moltedio "Soysexy@gmail.com

Fecha: 24/03/2006 08:11 p.m.

A: Fulce35@adinet.com.uy

Hola, ¿cómo anda?

Espero que no esté enojado conmigo. Reconozco que estuve mal en no ir más al análisis sin dar explicaciones.

La verdad es que pensé que había finalizado. Me levante un día y me dije: “Romina terminaste”. Pero ahora me doy cuenta que me apresuré.

Si me acepta nuevamente como paciente le voy a pagar todo lo que le debo. Según mis cuentas le debo cerca de siete meses.

¿Podría pagarle dos sesiones y de a poco le voy entregando el resto?

Se imaginará que los hombres siguen siendo mi problema.

Cuando suspendí el análisis todavía tenía el negocio de la santería. Lamentablemente lo tuve que cerrar. No nací para trabajar, lamentablemente, es una realidad.

El motivo del cierre, más allá de mi cansancio, se originó por el reajuste correspondiente al alquiler del local. Imposible de pagar.

Los dueños me plantearon que tenía que abonar un dinero diferente al convenido. Me querían cobrar hasta los impuestos que generaba la totalidad del contrato.

No nací para soportar presiones. Ahí fue que decidí concluir con mi actividad empresarial.

Empecé con la desinstalación de la santería. Ni se imagina el esfuerzo que me llevó. La verdad es que no me encontraba con la fuerza suficiente para encarar la situación. Me derrumbé.

El carnicero de enfrente, Romualdo, me observó mientras juntaba las velas y lloraba a lágrima viva. Se acercó a consolarme. Nunca antes habíamos tenido trato. Me ayudó a desarmar el local y me tranquilizó un poco.

Al otro día fuimos a tomar una cerveza. Me contó su vida. Terminamos en un hotel.

El gran problema fue cuando pasamos a la acción: imposible que tuviera una erección. Patético.

Intentamos de varias maneras, pero no pasó nada. Otra vez me largué a llorar. Últimamente estoy demasiado sensible.

Está casado hace diez años. No tiene hijos; supongo que no puede o que no quiere. Me imagino que su vida sexual siempre debe haber sido un desastre. Él no me lo dijo pero no hace falta preguntar. Lo supongo por su falta de iniciativa, por su inexperiencia. Las mujeres intuimos esas cosas.

Me parece que se enamoró de mí. Mucho más cuando me conoció en la cama, a pesar de que no pudo.

Me manda mensajes amorosos todo el tiempo. Está maravillado conmigo. Dice que soy una mujer de verdad... ¡y yo que no siento nada cuando me toca! Si supiera. Se cree el súper-hombre. ¡Pobre!

Me juró que me ama y que va a largar todo por mí.

Es por eso que quiero empezar mi análisis de nuevo: otra vez me engancho con un tipo que no quiero. La verdad es que me desagrada, es petizo, con dientes postizos, panza y trabaja como carnicero. Patético.

A veces me siento tan poca cosa, pero frente a estos tipos de nivel tan diferente al mío siento que soy demasiado. Conozco a la esposa, una flaca que no vale nada.

Hace menos de una semana que salimos y ya me manda rosas. Me cuida, pero no puede hacerme el amor y la verdad es que tampoco tengo interés.

Él se proyecta, esta embalado como un adolescente. No se da cuenta que yo sólo busco un hombro para llorar, alguien que me diga que soy linda, deseable. No lo quiero como pareja. Me da asco.

Si me llamara Fernando de nuevo, ahí sí, sería otra historia.

Un mes atrás se apareció por la santería. Me movilizó muchísimo. Hablamos de nuestras vidas y me contó que se compró una casa, que va a cambiar de trabajo. Su carrera va viento en popa.

También me escuchó. Juró y perjuró que nunca me había engañado, que me amó mucho en el tiempo que salimos. En un momento me abrazó y yo me puse a llorar.

Está de novio de nuevo. Cuando se iba me dijo que él no podía romper una relación de casi un año así como así. Le dije que lo entendía.

Quería seguir viéndome. Mi respuesta fue negativa: teniendo novia, imposible. Después me arrepentí, pero él ya se había marchado.

Al rato recibí un mensaje que decía: "No paro de pensar en vos"

Después de ese mensaje no dio más señales de vida.

La verdad es que solamente puedo ser el sueño de un carnicero desaliñado, con dientes postizos y panza.

Siempre es así con los hombres. A los que no les gusto me empeño en conquistarlos para sentirme valiosa, y los que se enamoran de mí, de verdad, me dejan de interesar.

¿Será ese mi problema?

Saludos

Yo

***

Asunto: Sorry!

De: Romina Moltedio "Soysexy@gmail.com

Fecha: 31/03/2006 07:21 p.m.

A: Fulce35@adinet.com.uy

Hola ¿Cómo anda?

Le pido disculpas, no pude ir ayer a la sesión.

Ansiaba mucho poder retomar el análisis, pero me dormí. No sé qué me pasó, pero me dormí; no puedo mentirle.

El problema es que me acosté tardísimo. Ni siquiera estoy deprimida, estoy ansiosísima. Me duermo a cualquier hora, más ahora que no trabajo.

No voy a hacer ningún negocio por ahora, sólo estoy esperando, así que me paso acostada. Se me debe haber cambiado el sueño, por eso me dormí y no pude ir.

Sigo extrañando a Fernando y teniendo a Romualdo.

¿Será posible? Necesito salir de esto porque se me va la vida en fantasías, en errores, en infelicidad y no logro revertirlo. Más de lo mismo.

¿Estaré incapacitada para sentir?

Aparte de añorar a Fernando y salir con Romualdo, me estoy viendo con un hombre que conocí en el curso de diseñador gráfico que hice el año pasado, Roberto. Nunca le hable de él pero no importa; un débil mental de cuarenta años que sólo piensa en cuidarse el físico. Vive con la madre y trabaja en un supermercado.

Es un insulso pero tiene un cuerpo privilegiado y está con las hormonas al mango. Tuvimos sexo.

Si bien estoy frígida me gustó sentirlo duro (perdone la expresión pero lo del carnicero es trágico). Y Fernando no da señales de vida.

Estoy pensando en dejar a Romualdo, pero vive enfrente de mi casa. A la noche salí a comprar cigarros y me crucé con él, me pidió para hablar y ¿sabe qué?: fuimos a la carnicería, me abrazó, me dijo que me amaba, que viviera el momento, que no pensara tanto las cosas si yo pasaba lindos ratos con él.

Mi excusa para sacármelo de encima fue que no soportaba más ser la segunda. Él me dijo que se iba a separar de su mujer por mí, pues su matrimonio no daba para más.

Estaba tan deprimida y cansada de estar en casa de mis padres que me entregué a su abrazo cálido y a sus besitos de dientes postizos.

Me encantaría mudarme y vivir sola, pero es imposible. No tengo dinero ni trabajo. Convivir con mis padres es un espanto, como todo en mi vida.

Un desastre.

Saludos

Yo

***

Asunto: Romualdo!

De: Romina Moltedio "Soysexy@gmail.com

Fecha: 7/04/2006 09:05 p.m.

A: Fulce35@adinet.com.uy

Hola ¿Cómo anda?

Le pido disculpas porque nuevamente se me complicó ayer para ir. Pero le prometo que la semana que viene retomo definitivamente.

No me puedo sacar de la cabeza a Fernando. La pasé muy mal, estuve llorando mucho, sin nada que hacer, escuchando música, tratando de pensar en mis malas elecciones, en qué camino tomar.

Todo esto viene al caso porque el sábado pasado me llamó Fernando y salí con él. Le dije a Romualdo que tenía que salir con unas amigas, él comprendió porque siempre me entiende y porque sabe que así son las cosas. Si quiere estar conmigo tiene que aceptar mis reglas.

Fuimos a comer, a bailar y después buscamos un motel pero estaban todos ocupados. Me dijo si quería ir a su casa. Estaban sus padres pero su cuarto está apartado del resto de la vivienda.

Hicimos el amor y fue fantástico. Lo de Romualdo al lado de este tipo es lamentable.

Hablamos mucho y me dijo que yo lo había asustado, que ahora estaba en otro momento de su vida y quería conocerme de verdad.

Le pregunté si llevaba siempre a sus amantes a su cuarto y me dijo que no. Yo era la primera, aparte de su novia.

Me dijo que tenía la semana libre, que su novia no estaba en el país y que podíamos irnos para afuera.

Hacía mucho tiempo que no me sentía tan feliz.

Al otro día le mandé un mensaje.

Nunca me respondió.

Ayer Romualdo se fue de su casa. Se separó de la mujer. Dice que lo nuestro va en serio.

No tiene idea de lo que pasa por mi cabeza. Salgo con él porque es lo único que rompe mi monotonía.

Ahora me trata como la novia, me vigila en cada cosa que hago, me atomiza a mensajes. Ya no quiero verlo más.

Me molesta su falta de tacto en el sexo, además de su impotencia. Me desagrada su aspecto, su ropa de trabajo, sus dientes postizos, su panza. Todo.

Tengo que juntar valor para dejarlo. Las cosas se me están yendo de las manos.

Saludos

Yo

***

Asunto: Tanto tiempo!

De: Romina Moltedio "Soysexy@gmail.com

Fecha: 19/03/2008 06:05 p.m.

A: Fulce35@adinet.com.uy

Estimado: no sé si me recuerda. Soy Romina, fui paciente suya años atrás.

Estaba limpiando los mensajes viejos de mi correo electrónico y me encontré con unos mail que le mandé hace un tiempo. Parece que se los envié hace una eternidad y sin embargo el último es de dos años atrás. Algunas cosas han cambiado en mi vida desde entonces.

Mire que no me olvidé que le debo bastante dinero. Cuando pueda juntar algo se lo mando con mi marido.

Sí, ese es uno de los cambios: tengo marido. Me casé y tengo una beba de diecisiete meses.

Cuando quedé embarazada se armó una revolución en mi casa. Mis padres me querían matar. Una madre soltera hubiera sido inaceptable para ellos.

En ese momento estaba saliendo con el pasmado de Romualdo, no sé si lo recuerda, el carnicero de dientes postizos y panza, que dejó a la mujer por mí.

Pero él no es el padre. Imagínese que la posibilidad de serlo con su impotencia hubiera sido un milagro. Además, nunca lo hubiera permitido.

Imposible desde todo punto de vista.

El padre no es otro que Fernando. El amor de mi vida.

Hablé con él y le conté nuestro problema. Me dejó en claro que de “nuestro” no tenía nada.

No me creyó, pensó que lo estaba engañando, que era una forma de atraparlo. Llorando le expliqué acerca de la impotencia de Romualdo, de su inconveniente, pero él no me creyó. Sigue pensando que es todo un engaño de mi parte y que mi hija en realidad es del carnicero.

Según mis cálculos quedé embarazada la última vez que nos acostamos con Fernando en la casa de sus padres. La vez que me confesó que llevaba por primera vez a una mujer a su cuarto. La vez que me manifestó que estaba dispuesto a cambiar por mí.

Le rogué que se casara conmigo, pero me dijo que me hiciera cargo de mis acciones y nunca más se apareció. Justo Fernando, que nunca se hizo cargo de nada. Patético.

Así que estaba sola con ese problema. No es que un hijo lo sea, pero en mi situación: sin trabajo, viviendo con mis padres, sin una pareja estable y con el padre biológico perdido, sí lo era.

Mis padres me querían matar así que no tuve más remedio que casarme de apuro con Romualdo. El carnicero siempre me quiso y me aceptó embarazada.

Sabe que no es el padre de la beba, lo tiene clarísimo. Él más que nadie sabe de su impotencia. Pero no le importa, está chocho con sus dos mujeres.

Imagínese cómo estoy yo. No puedo más, no tengo energía, ando hecha un bicho.

Me anoté en el gimnasio y fui sólo un día; no tengo tiempo. Ahora me paso atendiendo a la beba y cocinando. Para colmo, estos días mi cuñado se está quedando en mi casa con su mujer y dos hijos adolescentes.

Le juro que a veces me duele el pecho de la angustia y no tengo más remedio que seguir en mi prisión domiciliaria. A veces salgo con Roberto, el hombre que conocí en el curso de diseñador gráfico que hice años atrás. Estoy segura que le hablé de él. Sigue siendo el mismo débil mental que sólo piensa en su cuerpo. Sigue viviendo con su madre y trabajando en el supermercado. Pero mantiene sus aptitudes amatorias y una mujer necesita buen sexo.

Romualdo debe saber, pero no dice nada. Él conoce las reglas: si no quiere que lo deje.

La verdad es que yo sigo pensando en Fernando.

Saludos.

Yo

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